martes, 17 de noviembre de 2015

Ruido de tablas. Teatro. "La ira de Polifemo" de Francisco de los Rios.

Sinopsis.
 
Tres historias. Tres diálogos. Tres dramas. Unidos por el hilo conductor de la Ira. El drama de los refugiados, la pesadilla del deshaucio, el horror de la indigencia, en el Madrid de hoy.
El drama de los estudiantes chilenos asesinados en Santiago en el verano de 1949 por protestar contra una orden injusta. El drama del rechazo y la condena por ser homosexual en el Nueva York de principios de 1930.

Y la Ira que surge de la rabia, de la pena, de la ambición.... Y estalla.

Opinion Personal.


Tres historias, tres fragmentos de dolor y rabia sobre un escenario. “La ira de la Polifemo”, es un titánico grito en forma de obra dramatúrgica que arrinconara al espectador en su butaca. Ofrece un análisis de la ira, perfecto en su visceralidad y pulso veraz, alejada de cualquier discurso panfletario, causas, solo causas, derivadas de motivos: desahucios, represión, guerra, homofobia… dragones eternos y devoradores que acechan al ser humano desde que la historia es historia.
 

Chile década de los 70, Madrid ahora, Estados Unidos ayer. Pero está pasando y pasará. El autor de la obra Francisco de los Rios realiza un gran trabajo a la hora de someter la motivación de su propuesta al formol de la intemporalidad, todo lo que ocurrió, ocurrirá, y es más, está ocurriendo o podría ocurrir ahora, en tu casa, en tu barrio, en tu ciudad y si apuramos a ti mismo.

Un texto brillante con multitud de referencias shakesperianas, visibles por momentos, en otras más encriptados, pero que lejos de ser un alarde “cultureta” metido con calzador para intentar dar hechuras a un mediocre texto –como en otras funciones- propone enriquecer la reflexión sobre la ira a la que el autor pretende que lleguemos. En una de las historias, uno de los personajes recita un pasaje de MacBeth que fue escrito hace más de 500 años, cuyo discurso lo podemos trasladar con escalofriante coherencia a los tiempos actuales. Insisto en la cuestión de la necesidad de que un drama existencial disponga de un texto cuyo propósito no se encadene a una determinada época. Conseguir eso no es tan fácil como parece, conceptualizar y atrapar la abstracción de un sentimiento como la ira, requiere telento e inteliguencia a la hora de elegir, reflexionar y escribir.

La brillantez del texto, necesita obligatoriamente unos actores fantásticos para que funcione. “En la ira…” esta regla se cumple. Los tres actores están fantásticos, por momentos no existe interpretación, únicamente verdad. Magistral trabajo, alternando genialmente en su interpretación, contención y expansión. Jennifer Baldoria y Javier Lago estremecen, creando personajes memorables –en la segundo historia, Jennifer compone un personaje ambivalente entre la atracción y repugnancia y por su parte, en la tercera historia, Javier Lago compone un excelso Cesar de la interpretación caído en desgracia que sobrevive en la cara b de Broadway. Estos dos brillantes actores tienen un contrapunto magnifico, Fernando Bodega, que aguanta el tipo y por momentos eleva la visceralidad de su interpretación a la de los dos los monstruos escénicos mencionados antes. Bravo!, creo que tenemos un “actorazo” en ciernes.

En la Usina, no lo duden, sométanse por un momento a “La ira de Polifemo”. Lo peor que les puede pasar es que salgan dolor de humanidad, pero no se preocupen, existe la cura: amor, respeto y teatro.
 
Ficha artística y técnica. 

Autor: Francisco J. De los Ríos Dirección: Francisco J. De los Ríos Compañía : Teatro del Sótano Actores: Javier Lago, Jennifer Baldoria y Fernando Bodega.

Alejandro Daza Iglesias.

Cúando?:  jueves 19 y 26 de noviembre a las 21:00.
Dónde?: Sala la Usina. Calle Palos de la Frontera, 
Cuánto?: desde 12 euros, entradas aquí.

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