martes, 28 de abril de 2015

Microrrelato. "Derecho de admisión". de Suburbana Madrid.


Santiago de la Cruz. Oleo sin nombre

“SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISIÓN”. Abrí la puerta y entre, - hoy en dia admiten a casi cualquier tipo de gente en los locales, yo no iba a ser la excepción. Me senté en el sitio de costumbre, es decir en el primer metro cuadrado que vi libre. y espere, la espere.



El azar, decidió que justo en ese momento, entre todas las emisoras del mundo, la radio escupiera aquella canción, La casualidad suele jugar en contra de las despedidas. La música completo la triste estética de la situación.


 Entro, justo en el instante que mis ojos dejaron de observarme por dentro. Hay gente que tiene el poder acallar el mundo y pararlo con su presencia, ella es una de esas personas. Su sonrisa iba por su cuenta, sus ojos hablaron antes que su voz. En ese momento me di cuenta que una vez más la había cagado.



El abrazo fue lo mas apartado posible, trazando una frontera invisible o quizás un escudo. Dos besos rutinarios en la mejilla rubricaron la realidad del encuentro. Todo apestaba a despedida, una despedida que quizás no tuvo que producirse –digo quizás en este momento, el tiempo como siempre en estos casos tiene la última palabra, ¿o no? Algún mañana lo sabré.



Sin esperar ni buscar justificaciones transcurrió la conversación. Las palabras pesaron, como hechas de cemento, el peso de la verdad. Entendí todo, sin rabia ni orgullo acallando al niño egoísta que vive en mí.



Llego el momento del adiós, sin pronunciar por supuesto la palabra. Condensamos los buenos recuerdos en último abrazo. Una última mirada furtiva, quiso impulsar mi voz cuando te fuiste, el recuerdo de mis actos fue la mejor mordaza que mi lógica encontró.



. Salí del bar, al cerrar la puerta gire la cabeza y vi nuevamente el cartel “ SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISION”. La reflexión llego al instante: existen personas a las que se les debería aplicar el derecho de admisión en sus vidas. Yo soy uno de ellos.



Hay gente que tiene el poder acallar el mundo y pararlo con su presencia, ella es una de esas personas.


Texto:Suburbana Madrid.
Imagen. Sin titulo. Santiago de la Cruz.

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