lunes, 31 de marzo de 2014

Ruido de Tablas. Crítica teatral. "Los ciclos Atánicos".


¿Donde coño me habéis metido?- dijo la rubia imponente, que segundos antes bajaba la escalera con una copa en la mano, cuyos peces de hielo se derretían lentamente en el recipiente, formando un lago de agua, alcohol y trazas de carmín.. La pregunta iba dirigida a una chica del grupo que minutos antes, tomaban unas copas entre risas en la parte superior de la sala, donde esta situado el bar. Supongo que la pregunta tiene su razón de ser , tratándose de la Sala Samotracia, ya que el escenario es un cueva de aproximadamente cincuenta metros cuadrados, húmeda, vestida de ladrillos desgastados, con una sutil fragancia a moho, y si además encuentras a un viejo decrepito con gafas al estilo pinochet y  con la boca medio abierta sesteando, la impresión se multiplica exponencialmente ¿Señoras no querían ustedes algo "underground" y alternativo?, pues sírvanse una triple ración de atánismo fino, no saldrán defraudados, a no ser que busquen una mera “postura” cultural.

“Los Ciclos atánicos” es un compendio de tres microrelatos dramatizados, con un nexo en común, el humor negro, del que el autor Carlos Atànes se antoja como uno de sus apóstoles mas aventajados. Historias llenas de crueldad, depravación y muerte, que pasadas por el tamiz de un texto brillante e inteligente, provocan al espectador sonrisas y en ocasiones carcajadas. A parte de la brillantez argumental, de la agilidad y solvencia de los diálogos, el autor ofrece también, un poderoso sentido visual al texto, seguramente trasladado de su carrera como cineasta, creando impactantes y bizarros fotogramas en movimiento. Un punto también a favor es la conexión espacio-obra, en esta ocasión la simbiosis es perfecta, la negritud argumental de “Los ciclos atánicos” copula a la perfección con el ambiente denso y oscuro de la propia sala, creando al espectador una sensación de desasosiego e incertidumbre ante lo que va a presenciar.

El primero de los relatos “Romance Bizarro”, es literalmente la reconstrucción de un amor destruido. De las tres propuestas, es la que tiene un componente dramático más acentuado y perverso. También fue la que tuvo bajo mi criterio menos conexión con el público, supongo que lo perverso y morboso del argumento, junto con los efluvios etílico-lúdicos de gran parte del público, hicieron que el público aguantara con cierta frigidez, el visionado de la obra. A mi personalmente me convenció, me pareció una inteligente y purulenta revisión del concepto “amor eterno”. La viciosa y decadente interpretación del veterano Juan Reguilón funciona a la perfección, creando un pequeño personaje que transmite repugnancia y pena a partes iguales. Como replica tenemos a Eva Garcia-Vacas que cumple con solvencia y desgarro su papel de “partener” amoroso y quirúrgico (otra vez literalmente)  del decrepito anciano.

Continúan los ciclos con “La depredadora”, que nos sitúa en la sala de espera de un casting cualquiera, donde se encuentran dos mujeres compitiendo por un mismo papel. Partiendo de esa situación aparentemente cotidiana, la obra desemboca en todo un compendio de diálogos surrealistas, dañinos, crueles bordeando la tortura psicológica pero profundamente divertidos que si supieron conectar con el público, en gran medida debido a las brillantes y naturales interpretaciones de Eva como autentica “hija de puta de libro” y de María Kaltembacher como la típica chica “preparada” y profesional que asiste a los casting, que provocaron con su actuación, la hilaridad del público. En esta obra Carlos ofrece continuos guiños políticamente incorrectos a la competitividad, falsedad y crueldad que esconde bajo sus ropajes de oropel y oro, el trabajo como actor.
 

Para cerrar esta genial trilogía tenemos “Necrofilia Fina”. Si Poe hubiera tenido sentido del humor, hubiera escrito esta obra. Comedia sobrenatural, una revisión “sainetera” de algunos rasgos de la literatura de Poe. Cuenta la historia de un encuentro entre un joven “barragán” que hereda una mansión de unos familiares y se no se le ocurre otra cosa que instalarse en su lúgubre cripta, repleta de retratos de su fallecida prima Maria Eusebia, cuando de repente oye un nombre susurrado arrastrado por el viento… (aquí paro, no quiero joder con “spoliers”). De la tres propuestas sin duda alguna esta fue la que mas carcajadas provoco al espectador. Diálogos ágiles, divertidos con replicas inteligentes, apoyados en un texto que traslada cómicamente el engolado lenguaje de la España del romanticismo. La actuaciónes de Borja Roces y Maria Kaltembacher , me parecen geniales, se rebelan como  “grandes caricatos”, creando dos personajes cómicos que conectan y simpatizan inmediatamente con el público. Divertidos hasta la muerte.

En resumen “Lcs ciclos atánicos” de Carlos Atànes, se desvelan como una de las propuestas escénicas, mas divertidas, depravadas y frescas del off-madrileño. Muy recomendable para todo el mundo, un pacto “atanico” del que seguro merece la pena vender vender tu alma. 
Ficha artística y técnica.

EVA GARCÍA-VACAS MARÍA KALTEMBACHER

CAROLINA BONA
JUAN REGUILÓN
BORJA ROCES
JOSE TRONCOSO
Texto y dirección: CARLOS ATÀNES
Duración: 60 min.


Cuando: consultar aquí.
Donde: Sala Samotracia. Calle Santa Isabel, 40
Cuanto: 8 euros, entradas aquí.

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