La música es capaz de revelar a la experiencia mundos ocultos mediante el simbolismo del sonido y la voz. Esta época, dominada por una visión sincrética y superficial, ha utilizado toda clase de estos elementos: chamanes, viajes astrales, nuevos brujos, orientalismo, etc., e innumerables artistas beben de esta inspiración (Stockhausen, John Cage, Phillip Glass, Glenn Branca…).
Revisaremos
desde los clásicos (el blues está lleno de referencias a los relatos de la
religión africana sobre espíritus, mezclados con el imaginario bíblico
protestante, y la figura del diablo tiene matices distintos en artistas que
conocieron, ya pasada por el tamiz del tiempo y las generaciones, elementos de
religiones como el Juju o el Vudú) a los magos y brujas pop (con artistas poprock
que aparecen con una actitud más parecida a la de un chamán o mago que intenta
aleccionar/ amedrentar a su audiencia), pasando por Aleister Crowley y su
influencia en la cultura pop o la experimentación de los años setenta.
Encontraremos en las manifestaciones más insospechadas o en la música más
comercial señales ocultas -ahora transformadas en imágenes consumibles-,
despojadas de su sentido, como simple decorado o accesorio de moda. Por
ejemplo, el triángulo de Horus aparece en muchos de los vídeos de Beyoncé, Lady
Gaga, Madonna o Rihanna.
Fecha y hora: jueves 7 de noviembre de 20:00 a 22:00.
Lugar: La casa encendida.
Precio: 3 euros. entradas aqui.
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