domingo, 19 de enero de 2014

Crónicas suicidas. Una noche Bizarra.

Moría la tarde de un Madrid lluvioso, cubriéndolo todo de un velo gris deprimente, corazones incluidos, nuestras almas estaban ávidas de color, extravagancia y magia, encaminamos nuestros pasos hacia Bizarro. 

   Me costo encontrar la Sala Tarambana, entre las distintas calles de carabanchel.  Llamadme anticuado pero yo no uso las nuevas tecnologías para encontrar una calle  prefiero preguntar a la gente que vive en la zona.  En ocasiones el camino mas corto no es una linea recta dentro del google maps.  Aproximadamente a las nueve menos diez, justo cuando el agobio de no encontrar el sitio puntualmente nos estaba superando, encontré la sala. Tras fumarnos un "cigarrillo espacial" para controlar los nervios entramos por la puerta, vestidos con nuestra mejor sonrisa y con el corazón y la mente abierta, para disfrutar de lo que mi intuición ya me profetizó horas antes:   íbamos a disfrutar de una gran noche de teatro.


Al cruzar el umbral de la puerta,  pude reconocer la gruesa y afable voz de Nacho, estupendo anfitrión de la sala, que con socarronería y buen humor, nos hizo sonreír unas cuantas veces. Como a la izquierda había una barra nos pedimos un par de birras, que nos la tomamos casi de un trago antes de entrar a la función, que puntualmente impuntual empezó a la las nueve y cuarto.  Cogimos nuestro asiento rápidamente, sin necesidad de pasar por los estrechos pasillos de piernas que se suelen formar cuando una sala esta atiborrada de gente. 



La propuesta escenográfica sencilla, el escenario únicamente lo ocupaba un panel japones de seis lados y una pelota de color rosa.  De fondo melodías japonesas tradicionales, con su aballasadora percusión atemperada por vientos y cuerdas dulces. Todo esto contribuía a crear una ambiente kabuki muy logrado, bello en su simplismo, amenzador por la interrogación que nos propone lo escondido tras el telón.. Se apaga la luz comienza la magia.  Un foco ilumina la bella placidez de luna de una geisha, que con la esbeltez de un junco en primavera y el misterio de un tigre en la jungla nos acecha con su baile sugerente y perverso, que nos hace intuir detrás de la pálida belleza se encuentra un ser sin corazón incapaz de amar.







Cuando el baile de Shomei esta a punto de llegar su climax de seducción venenosa con el público, aparece en escena Orichi, viejo pescador, enamorado hasta la obsesión y la muerte del la fria Geisha. Entonces se establece una violenta coreografía de dominación-seducción, en la que no tenemos claro que rol tiene cada personajes. Tras esta bella introducción, que nos sirve para entender la motivación de la historia y de los personajes.  Comienza el espectáculo, el espectáculo más triste y bello del mundo, donde personajes, esperpenticos, grotescos y trágicamente entrañables tienen como propósito entretener al público asistente, en la que los espectadores jugaremos un papel de juez y jurado en el destino de tales extrañas criaturas. No quiero desvelar más de la trama, mejor verla.









Bizarro es un hipnótico y decadente- kabuki-manga, Impactante visualmente, con la sencillez y claridad de un dibujo manga, que han sabido trasladar a la perfección a las tablas . Bellamente repulsivo, galería de perdedores que nos trasmiten sensaciones tan encontradas como, embelesamiento, repulsión, tristeza, alegría infantil. Los dos segmentos paralelos de la obra funcionan a la perfección, tanto la propia tragedia amorosa de los personajes, como las actuaciones de las patéticas criaturas que se juegan algo mas que un aplauso en sus actuaciones.  Teatro bionico ha sabido trasladar y actualizar a la perfección, el clásico kabuki tradicional y el bizarrismo nipon  al Teatro Contemporáneo. Las interpretaciones, físicas, intensas sensaciones transmisoras que Fran y Jesus supieron ejecutar a la perfección.

  El impacto visual y emocional aún perdura en mi retina y corazón, una de las mas valientes, atrevidas e hipnóticas obras del Off Madrileño. Lastima que solo estén dos días. Si vuelven a Madrid no os lo perdáis, no saldréis decepcionado.


Muchas Gracias al Teatro Tarambana por todas las facilidades, en especial a Nacho...al final no te preocupes la "saque" jajaa. Y a los chicos de Teatro Biónico: Fran, Jesus, Cesar y Luis por su cercanía y explicaciones y hacer posible un mágica noche de Teatro.

Fotos y texto: Alessandro Daza. Lo hago desde el corazón no desde la técnica.





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